viernes, 3 de diciembre de 2010

DE LA TRADICION A LA FUSIÓN



(La Música Tradicional Andina Colombiana y su evolución)

Por NICOLÁS SOTELO



La música tradicional andina colombiana desde el comienzo de su historia ha tenido; por diversas circunstancias, muchos cambios que han contribuido de alguna manera a su difusión (aun no tan extensa) dentro de los contextos actuales, donde las músicas que se escuchan y producen han dejado un poco a un lado lo que se podría sintetizar como el “feeling”, y más bien ha pasado a ser un bien comercial que se fundamenta en el reconocimiento popular y el enriquecimiento propio
Estos cambios producidos por diferentes razones, dentro de las cuales podríamos nombrar: el hecho de que las nuevas tendencias y géneros que han llegado poco a poco a nuestro país han dejado marcados muchos recursos técnicos e interpretativos, que muy bien han sabido aprovechar los músicos jóvenes, que en su constante labor de descubrimiento y transformación han logrado dar origen a una serie de fusiones; algunas criticadas pero otras muy bien recibidas por la mayorías y que enaltecen de alguna u otra manera el espíritu por nuestro folclor y nuestras músicas.
Dentro de este marco de transformaciones y permanentes cambios, surge la idea de hacer un paréntesis para comparar el nivel cualitativo entre las obras tradicionales que se originaron desde el piano de muchos compositores antiguos de 1900 y la música colombiana contemporánea que se están dando en la actualidad. Por esta razón debiéramos preguntarnos si tienen más valor el sentimiento puro y profundo que plasmaron los legendarios compositores y pianistas del siglo XIX en sus obras lentas y conmovedoras que cortejaban los aires de salones y pasillos con su picarescos movimientos y sencillas armonías que las innovadoras propuestas de formatos y temas que han dado a conocer los nuevos músicos colombianos que han tomado parte de ese legado tan preciado y lo han hecho parte y mezcla de las músicas del mundo?.¿Es procedente el hecho de que en la actualidad, en los más reconocidos festivales y concursos de música colombiana se tome como referencia las nuevas tendencias y no se le dé el mismo trato a los formatos tradicionales que hace algún tiempo tenían todo el respeto y la valoración que como lo tenían las grandes operas o conciertos sinfónicos de la época?
Desde estos cuestionamientos podríamos considerar hacer un análisis y recorrido desde el comienzo de estas músicas en el siglo XIX. En su defecto comenzaré abordando el trabajo los compositores, que desde un instrumento como el piano de influencia europea; que en ese momento tenía una gran acogida y recibimiento dentro de las tertulias de la clase burguesa, se realizaron muchas obras que impulsaron la música colombiana hacia un fortuito bagaje de interpretaciones e intérpretes que hicieron de estos aires representativos una insignia propia de nuestra cultura y nuestro patrimonio folclórico. Es el caso de personas como Emilio Murillo, Adolfo Mejía, Luis A. Calvo, Guillermo Holguín y Luis Uribe Bueno entre otros que comenzaron escribiendo para formatos de música clásica y bandas tradicionales que interpretaban estas primeras melodías de pasillos y bambucos en los actos protocolarios y presentaciones de salón muy importantes acompañadas del baile y las extensas discusiones emblemáticas sobre el transcurrir de ese tiempo.
Durante ese periodo de los grandes pianistas y compositores se fueron distinguiendo en las diferentes orquestas que hicieron y seguirán siendo parte de el icono engrandecido de nuestra música colombiana como lo son los formatos de la orquesta sinfónica nacional, ya que en los pequeños formatos de las escuelas musicales y principales academias del país, se ivan destacando grandes instrumentistas que luego iban a dar el paso siguiente para convenir en los formatos típicos de instrumentos cordófonos en la música andina colombiana.
En Medellín y en Cali a comienzos del siglo se dio un movimiento de difusión de los aires andinos en la escuela de bellas artes donde se iniciaron lo que se denominarían las liras colombianas gracias a personas como Pedro Morales Pino y Manuel Bernal que instruyeron el progreso de estas agrupaciones que luego se iban a conocer con el nombre de estudiantinas ya que era conformada por estudiantes jóvenes que concluyeron un espacio para compartir e interpretar las obras de los compositores de la época.
Dentro de las estudiantinas que llegaron a hacer parte del patrimonio nacional se encuentra la estudiantina Colombia, a quien se le rendiría tributo con el bello bambuco de Álvaro romero (los doce), por el número de sus integrantes y el recorrido musical que tendrían algunos de ellos. También se encontraba la estudiantina bochica dirigida en algún momento por Manuel Bernal y Emilio Murillo, quienes en su debido tiempo iban a radicar en Bogotá para la conformación de las primeras escuelas de música colombiana. El continuo buscar de una civilización renovada por los continuos asechos del clasicismo europeo a fines del siglo XVIII Y comienzos del siglo XIX, dio un paso fundamental para la aceptación de las músicas románticas y danzas de salón por parte de la clase burguesa y al igual la publicación de algunos manuscritos y formas musicales que iniciarían a muy temprana los compositores destacados del siglo.
Es así como se inicia una etapa de emprendimiento artístico por varias agrupaciones que empiezan a reducir el extensor formatos y movimientos de música clásica para convertirlos en grupos de maderas en función de música de cámara al igual que como figuras representativas en las danzas tradicionales. Es el ejemplo de los primeros tríos que surgieron en las regiones de Santander, Cali, Boyacá y Tolima; El trío Morales Pino es uno de los primeros formatos que dio una acogida inmensa por parte de la sociedad colombiana que admiraba el fugaz y brillante recorrido de los músicos formados por tradición oral, que al mismo tiempo se formaron académica y laboralmente en diferentes profesiones ajenas al oficio musical.
El trío Morales pino inicio sus actividades en Cali conformado por Diego Estrada en la bandola, Peregrino Galindo en el Tiple y Álvaro Romero Sánchez en la guitarra quien era el arreglista y director de esta agrupación, con la que daría un gran salto en su labor compositiva y se daría a conocer como un icono de los grandes melodistas dentro del contexto tradicional andino Colombiano.
Junto con este trío que representaría en los festivales de música más importantes del país; estarían de lado en Bogotá otros tríos como el trío Joyel que realizo una ardua labor en los principales escenarios de la ciudad. Con una propuesta reducida que se basaba en una armonía continua pero arrulladora que provocaba una evocación del patriotismo y la identidad ciudadana mientras los altos timbres de la bandola recorrían los oídos de la gente con un brincar de sonidos picarescos que enaltecían los diversos sentimientos que en principio quería expresar el compositor y que sería plasmados en 3 partes repetitivas pero que concluían en un final destacado, este formato llamado comúnmente como el “TRIO TIPICO COLOMBIANO”, sería el formato más importante de la época y que dejaría grandes ideas para lo que vendría a ser la nueva ola de los compositores e intérpretes.
Con la continuas reformas dadas por las crisis del mediados y finales de siglo la labor musical se convirtió en un difícil momento para los intérpretes y compositores ya que se iban perdiendo los auges de interés y el sentimiento patriótico por los las danzas, pasillos y bambucos. De este suceso era conveniente forjar un proceso de avance en los ámbitos técnicos e instrumentales para dar un nuevo y mejorado sabor al tan rico pero olvidado punto de los pequeños conjuntos musicales de la región andina.
Es así como surgen los músicos académicos y de conservatorio, que deciden transformar el estilo musical y hacerlo más popular trayendo influencias de otros países como el caso de León Cardona, compositor antioqueño que en su formación dada por grandes maestros y su recorrido de estudio en el exterior, provoco una reforma en este género y pudo traer las nuevas armonías de jazz, blues y bossa nova que iba a darle un superfluo color a las obras tradicionales y al igual darle paso a sus composiciones, que apoyadas con la letra de algunos poetas y escritores de la época como Héctor Gonzales han sido tomadas como referencia para los solistas y cantantes de la nueva música andina colombiana. De igual manera pianistas como Germán diario Pérez que a muy temprana edad realizo un gran repertorio propio que lo iban a impulsar a ganar los más importantes concursos de composición y lo estandarizarían como uno de los mejores compositores de música andina colombiana del siglo XX, con el vinieron los nuevos formatos como es el caso del TRIO NUEVA COLOMBIA, con un formato innovador de contrabajo tiple y piano procurando conservar los aires manejados por los pianistas del siglo pasado como oriol Rangel y Manuel Bernal.
Con estos nuevos formatos los músicos de las región andina han ido instruyendo para darle vida a una nueva generación de artistas que siguen trabajando en función de mantener con vida ese legado que han dejado en la historia los compositores y pianistas de comienzo de siglo; así podemos citar e ejemplo del TRIO PALOS Y CUERDAS que con el formato de tiple, bandola y guitarra propusieron el estilo eléctrico para estos instrumentos siendo en un principio un grupo de cámara que después se convertiría en uno de los mejores tríos del país en lo que tiene que ver con música tradicional andina colombiana. Así podría citar agrupaciones de este nuevo siglo como PLECTRO TRIO, COMUN TRES, ATÍPICO TRIO entre otros que han tenido la misma finalidad desde un formato pequeño hacer grandes transformaciones y proponer un nuevo formato en escena.
Así podríamos citar músicos que desde su instrumento principal han logrado aportar de gran forma a la tradición musical colombiana como el caso de Gentil Montaña que ha realizado una serie de suites para guitarra solita aplicando los conceptos básicos de la armonía tradicional y los recursos técnicos de la guitarra clásica para producir el sonido característico de la música colombiana en un instrumento tan versátil de cuerdas pulsadas, de igual manera el trabajo que ha realizado Oriol Caro, quien también ha realizado suites pero para el instrumento insignia de nuestro folclor que es el tiple y que se ha ido desvalorizando su estadía en nuestra región por la falta de conocimiento y la ignorancia del pablo colombiano y las sociedades modernas.
También cabe mencionar la labor que han desempeñado los solitas dentro de este contexto como son, Luz Marina Posada, María Olga Pineros, Niyireth etc...Que en compañía de grandes músicos han estremecido los recintos de los encuentros y festivales de la canción colombiana con su enérgica y resonante voz sin desmeritar los cantantes que en el siglo pasado lograron conmover millones de personas con su canto lirico pero sentido como son el de Gerardo Arellano entre otros.
Viendo estos sucesos de “revolución musical” por así decirlo, podríamos afirmar que la música colombiana sigue presente en un pequeño pero a la vez grande porcentaje de la población, y que aun hay gente que trabaja y quiere seguir promoviendo nuestra música en las academias y universidades. Por esta razón debemos procurar mirar las músicas modernas pero no sin antes recordar y visualizar nuestra música y hacerla más de nosotros cada vez.
Considero que el fenómeno que se da en la actualidad en los festivales de música andina como el Mono Núñez, el Festivalito Ruitoqueño y Festival Hato Viejo Cotráfa, es un acontecimiento que se está llevando mal por parte de los jurados y los encargados de estas instituciones ya que deberían tomar de igual forma los formatos tradicionales y los modernos porque de alguna u otra forma son promotores de nuestro folclor y están hacendó hincapié en nuestra música. Por esto en este caso me parece necesario hablar no solo del nivel cualitativo sino cuantitativo, porque tienen el mismo valor las melodías tocadas en principios por abogados doctores, y trabajadores que decidieron empezar a forjar nuestros aires tradicionales en precio desde el piano y formatos calsecos in fluencia dos por movimientos europeos que las nuevas opciones de formatos y obras que dan las agrupaciones actuales; que siguen en este caso prevaleciendo de influencias musicales de otros países del mundo.
Por esta razón me parece necesario empezar a producir más de nuestra música ya sea desde cualquier instrumento o formato pero hacerla más bien reconocida y darle el lugar que merece en nuestra sociedad tan cegada por los cambios constantes sufridos en el ámbito social político y cultural.
Como diría en una de sus canciones Claudia Gómez “despierta Colombia, si no ha despertado y empuña tu tiple”. Hagamos de esta nueva época un espacio de mejora miento, recibamos cordialmente con un fuerte abrazo las nuevas propuestas que vayan en funcione prevalecer nuestro patrimonio nacional, y revivamos al igual las viejas partituras que aun yacen en los archivos y bibliotecas del país para ponerlo en presencia de toda la sociedad colombiana.
Referencias: Biblioteca Luis Angel Arango_ Historia de la música Colombiana _José Ignacio Perdomo
UN Radio_ Travesías por las musicas Colombianas _La Nueva Musica Andina Colombiana
Documento Virtual_ Tiple, Bandola y Guitarra, (recorridos por loas aires Colombianos)
CITAS MUSICALES
Constelación (Pasillo) Álvaro Romero _ Trío Morales Pino
Luna Bogotana (Pasillo) Fidel Álvarez Muñoz _ Trío Joyel
Alma Colombiana (Bambuco) Estudiantina Bochica
Madeja de Luna (Danza) Luis A. Calvo
Nidia (Guabina) Gentil Montaña_ Trío Palos y Cuerdas
Buganvilias (Pasillo) Oriol Caro
Pa´ Juancho (Bambuco) Germán Darío Pérez _ Trío Nueva Colombia
Migas de Silencio (Pasillo) León Cardona y Héctor Hernández_ Voz con 2

No hay comentarios:

Publicar un comentario