jueves, 2 de diciembre de 2010

BLUES… ¿VENTA DE SENTIMIENTOS?




Por David A.Jurado G.

“Los blancos son capaces de oír blues, pero no tienen ni idea de dónde viene”


Un poco de historia

El Blues nació como una forma de expresión que permitía de manera pacífica sacar a flote todos los sentimientos reprimidos de dolor, nostalgia, opresión y todas esas sensaciones que se producen en un ser humano por ser violentamente despojado de sus creencias, de su familia, de todo aquello que sin necesidad de ser algo netamente físico los hace tener una posición en el mundo. Influyó en la música popular estadounidense y occidental en general, llegando a formar parte de géneros musicales como el ragtime, rhythm and blues, rock and roll, funk, heavy metal, hip-hop, música country y canciones pop.

Por ese mismo factor de nacimiento y proliferación, los inicios del Blues fueron ilícitos, se le consideraba como música profana debido a sus contenidos de oscuros ritos, sexo y una vida entorno a los placeres carnales y vicios. Solo podía ser tocado en sitios específicos como lo fue en su momento la Ciudad de las Luces Rojas, sin embargo la complejidad de las formas musicales con las que se maneja este género fue un aspecto relevante que se tenía que tener en cuenta a la hora de oír o interpretarlo, por lo que incluso al ser una música profana y tocada por la plebe, que en esa época prácticamente era toda persona negra, las personas de las grandes élites se interesaban en oírlo y entenderlo paulatinamente.

De ahí resultó el Jazz, un género muy peculiar que al ser nombrado crea una atmósfera de personas cultas, educadas, limpias de cualquier semejanza con vidas sucias y así no se entienda esta música, cualquiera que lo mencione incrementa su status social y de igual forma, la manera en la que se muestra a los demás. “La aparición del jazz sirvió para deslegitimar a aquellos que menospreciaban las músicas de procedencia africana por no tener un lenguaje escrito y sustentarse únicamente en la rítmica sin tener en cuenta la armonía” . De esta forma se ve translúcidamente el motivo de preguntarse por qué el interés de personas blancas en aprender, entender y ayudar a la distribución de música pagana.

El Ajedréz

Indudablemente el simple hecho de que una persona blanca haya decidido interesarse por interpretar este género, como en el caso de Jelly Roll Morton, un joven de clase media-alta que tuvo la oportunidad de adquirir una educación musical enfocada en la interpretación del piano clásico, quien se hizo llamar el creador del Jazz, hace que cualquier persona quiera tener ese acercamiento personal con esta música que de un momento a otro paso de ser netamente popular a música solo escuchada y “entendida” por personas del alto mundo de la oligarquía.

Este acercamiento hace que las personas del común tuvieran más acceso a esta vivencia artística y hasta social haciendo que artistas como Ray Charles Robinson, quien también tuvo una vida de vicios y prejuicios, fueran escuchados por todos los oídos.

Todo este proceso de difusión del Blues como género musical tuvo su cuna con Chess Records, la cual fue una compañía discográfica estadounidense fundada por dos hermanos, Phil y Leonard Chess en el año 1950. Esta idea se fundamentó en la fascinación de ellos por la música hecha e interpretada por negros, en lo que dieron con un conjunto de Blues conformado por Muddy Waters y Little Walter quienes posteriormente fueron firmados por Chess y de esta manera, aprovechándose del negocio discográfico, cuadran sesiones de grabación para este conjunto que posteriormente da pie para que se incremente la firma de artistas negros.

No obstante, tras cinco años de haber comenzado el negocio discográfico se va completando el ajedrez, entrando a jugar en la música comercial de Estados Unidos, esta vez en manos de Chuck Berry quien con su perfil impactó a los hermanos Chess mostrando algo que las otras disqueras no podían imitar con artistas blancos con el fin de atraer público masivo.

A medida que el rock & roll se hace más popular, los artistas de Chess son admirados por toda una nueva generación de artistas, y cada uno de ellos ha ganado y perdido una pequeña fortuna en bebida, mujeres y viviendo la vida. Sus adicciones comienzan a cobrarse el precio. Pero aunque la tragedia se cierna sobre ellos, su música y espíritu se mantiene fuerte: y cuando la brisa de los años sesenta se lleva a Leonard Chess fuera del negocio discográfico, el blues sobrevive.

Es así como se complementa ese ajedrez al unir el color blanco y negro en un mismo espacio y en proporciones iguales, sin embargo esa comercialización y explotación del mismo sentir negro que una vez más vuelve a ser esclavizado, deja ese sin sabor de no saber la finalidad de los hechos. ¿En el auge del Blues, éste en verdad se le valoró por su expresión del alma? ¿Se aprovechó nuevamente de la naturaleza de las negritudes por parte de los blancos al utilizarlo como producto comercial?

Buscando reconocimiento e identidad

Inclusive entre los mismos representantes de tan magnánimo evento artístico, hay ese recelo por definir qué raza lo creo, quién lo interpreta mejor, quién tiene el “feelling” y de hecho, cuando los jóvenes blancos se empiezan a interesar en el blues para tocarlo, siempre están de una u otra forma guiados por los Bluesman, quienes teniendo en la sangre la fórmula del Blues, van en busca de ese reconocimiento colectivo de que solo a ellos se les pudo ocurrir esa amalgama rítmica que sumado a sus vivencias en la etapa de la colonización, que en parte ayudó notablemente al surgimiento del mismo, hace del Blues esa fruta prohibida que va esparciendo su aroma por toda América y posteriormente por Europa.

”Si un músico blanco viene y me dice: Esa
música es fantástica, quiero aprender a tocarla, me
siento halagado. Pero si el público le aplaude a él y me
ignora a mí, resulta intolerable”

Comentarios de este estilo abundaban entre las negritudes y los representantes artísticos por esas épocas y aun hoy es entendible ese sentimiento de frustración, al ver que otros se enriquecen con la producción empírica del alma es natural que se sienta aversión por todo aquel que trate de robar ese patrimonio. Sin embargo hay también exponentes que no están interesados en definir quién hizo qué y por qué sino que simplemente ven en el Blues una forma de unificar personas, razas, creencias y que es tan digerible como cualquier otro.

”El blues no es completamente negroide. Porque si
lo fuera no sería el blues. Ha nacido de una situación en
parte negra y en parte blanca. Es un poco como una
mezcla de country y de música africana. Sin estos dos
semicírculos no habría un círculo completo”

En este punto es visible parte de algunas posibles respuestas de los cuestionamientos planteados anteriormente aunque aun hoy esas respuestas tienden a ser muy ambiguas debido al sin fin de historias que rondan entorno al Blues, su expansión y su patrimonio, sin embargo está más que claro que hoy por hoy sin importar cómo haya sucedido o por qué, el Blues es ese suelo de donde se alimenta un árbol para dar nuevos y mejores frutos y sin ese suelo muy probablemente no habríamos podido bailar con Elvis Presley, ir a la luna hacia atrás con Michael Jackson o las niñas no habrían podido tener un juvenil por Justin Timberlake.

“En un estilo de música como el blues, de origen fundamentalmente negro, los músicos
blancos han jugado un papel importante, al menos en lo que se refiere a su difusión a
públicos mayoritarios” , mezclándose así con cualquier prejuicio que girara entorno a este sentimiento tan humano, capaz de hacer que dos continentes se unieran y que juntos expandieran ese lenguaje universal como lo es la música para que más adelante se puedan generar más preguntas como las que hoy se trataron y de esta manera, replantear símbolos y posturas frente a la evolución del ser, así como funcionó para el Blues con la aparición de personajes voceros y representantes de las negritudes, la interpretación, difusión o estudio de cualquier género o ideología no tiene color así como lo propone Eric Clapton.
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