jueves, 2 de diciembre de 2010

ASIMILACION DE LA MUSICA ANDINA COLOMBIANA EN LA SOCIEDAD ACTUAL




“El bambuco ha sido uno de los géneros más importantes del repertorio andino colombiano, reconocido entre los emblemas nacionales de índole musical” Manuel Bernal Martínez



Por Rosa Milena Torres Lara

Es ilógico encontrar críticas a los nuevos interpretes de bambucos y en general de música andina, basados en supuestos, en sonoridades nuevas y que dañan las tradiciones, pero si buscáramos en las músicas tradicionales, encontramos dentro de la música andina de principios de siglo XX con sonoridades que aun hoy serian consideradas como modernas, entonces hago la pregunta de qué es lo que quieren escuchar los “tradicionalistas”, sonoridades sencillas tal vez, considero que es un asunto de desconocimiento, y de asimilar conductas europeas, la conservación de tradiciones es una conducta propia de la sociedad de siglo XVIII y XIX como reacción ante las nuevas tendencias sociales, la revolución industrial y la denominada modernidad. Parece que la visión de la música Andina colombiana se hubiese estancado en los compositores llamados centenaristas, tal vez mal llamados así, y no critico el trabajo hecho por estos sino la resistencia a nuevas formas de interpretarlo y a nuevos trabajos hechos en torno a los ritmos y estilos, característicos de nuestra región andina.

El tiple y el bambuco aunque no tengamos claro su origen, producen una serie de sentimientos diversos, tal vez originados en un nacionalismo imitado de Europa, pero claramente evidencian un orgullo de lo autóctono, y de lo particular de nuestra música. En mi concepto son el aporte de nuestra cultura a la música universal, tanto por la tímbrica tan particular del tiple como por la métrica y acentuación del bambuco. El ingreso de estos dos elementos a la sala de concierto tiene unas ventajas tales como nuevos aprendizajes nuevas exploraciones tímbricas de efectos etc., pero en mi concepto no se debe perder el uso familiar y social que han tenido y para ello es necesario que el músico llamase académico, empírico, aficionado o de cualquier índole reconozca este uso y no sea negado o denigrado.

Por otro lado es necesario que las manifestaciones academizantes hacia estos elementos tan propios de nuestra cultura continúen y se fortalezcan, lo cual requieren nuevas formas de ver la misma música, que no desconozca su naturaleza polimétrica, sincopada y tan particular, lo cual ha sido un reto que inicialmente genero rechazo tal vez por la incapacidad de comprender la realidad, rechazo que en Colombia tiene unos orígenes sociales e históricos bastante grandes, pues aun hoy en día pueden verse programas de formación musicales que no los contemplan. Parcee que la reforma de la academia nacional de música realizada en 1910 por Uribe Holguín donde se excluyo la práctica de músicas autóctonas aun hoy en día tuviera repercusiones, cuando conocemos músicos graduados de universidades colombianas que no conocen la rítmica del bambuco, y otros géneros y estilos colombianos, ni han hecho el ejercicio de interpretarlo. Además hay soluciones para poder entenderlo desde la academia con el hecho de entender las acentuaciones del bambuco que dan diferentes posibilidades de escritura, en la cual no hay una mas validad que la otra, y que por el contrario nos das más posibilidades y más riqueza rítmicas y en su acentuación. De esta forma desde la academia se puede dar la posibilidad de aprender otras formas de ver la música y no solo con la visión de catalogar en bueno y malo, sino desde una óptica de lo diverso que nos permite entrar a estos conocimientos.

El rechazo hacia la música autóctona proviene de la misma conquista y colonia, es decir que son 500 años de historia de rechazo, es difícil para nosotros hoy en día concebir una sociedad donde una raza vale más que otra, pero no solo funcionó de esta forma sino que deja prejuicios sociales que aun hoy en día son considerados validos en algunos círculos sociales. Y al aplicar estos procesos de clasificación a los conocimientos y a las manifestaciones culturales ha generado ignorancia, y la pregunta de ¿cómo sería nuestra sociedad musical actual si en vez de rechazo por parte de la academia nacional de música se hubiese empezado a academizar el bambuco y el pasillo y otras manifestaciones musicales particulares colombianas?, no pretendo responder dicha pregunta solo me da gran espacio a la imaginación y tal vez una sociedad diferente, pero es la misma sociedad la que produjo este rechazo.

Es necesario que aprendamos (no solo los músicos sino la sociedad colombiana en general) a valorar la música por su contenido estético y no desde prejuicios de lo tradicional y de un discurso de lo folclórico que se sale de contexto y que no refleja lo que es la realidad de la música y de el arte. Es necesario redefinir muchos paradigmas construidos a partir de la historia, los cuales suponen ciertas culturas superiores, denigrando las demás e ignorando sus riquezas, sus aciertos y sus particularidades, de las cuales se podrá siempre aprender algo nuevo.

Los ejercicios de musicología en Colombia han aportado en gran medida al conocimiento y a la divulgación de costumbres y de manifestaciones artísticas, pero hay una errónea asimilación de las mismas, pues parece que lo expuesto en dichas publicaciones se convirtiera en “Único”, es ilógico pensar que si un Folclorista referencia un baile de un bambuco este sea el único que existe, mas así ha sido asimilado por nuestra sociedad y se repite una y otra vez en colegios y entes culturales, en espacios como encuentros de culturales y otros, y parece que si se realiza una línea fuera de el parámetro establecido dejara de ser autentico, mas en la realidad de donde fue tomado tal vez no funcionaba de esta manera. Además está lleno de manifestaciones estéticas impuestas, tales como trajes supuestamente típicos que no reflejan la realidad.

No tiene mayor sentido buscar el origen exacto del bambuco, del tiple, del pasillo y de tantas otras cosas que se pierden en los anales de la historia de nuestro país, lo importante en este momento de la historia es conocer las posibilidades que nos brindan tanto los instrumentos como los ritmos y porque no proyectarlas al mundo. ¿Sera de mayor sentido profundizar en las tradiciones europeas que en las colombianas? ¿Será de mayor sentido producir músicos especializados en el clasicismo y en el barroco que en el bambuco y el pasillo? Nuevamente no pretendo responder estas preguntas pero tal vez el hecho de plantearlas nos den la posibilidad de reflexionar en torno al tema.

































Bibliografía: “DE EL BAMBUCO A LOS BAMBUCOS” Manuel Bernal Martínez

1 comentario:

  1. Este escrito tiene demasiados errores ortográficos, gramaticales y de puntuación que no me permitieron llegar al final del mismo.

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