lunes, 31 de octubre de 2011

EL MAESTRO IGNORANTE de Jacques Rancière




La historia de la pedagogía tiene, por cierto, sus extravagancias.
Y éstas, por cuanto revelan la extrañeza misma de la relación pedagógica, han sido a menudo más instructivas que sus razonables propuestas. Pero, en el caso de Joseph Jacotot, se trata de algo muy diferente a un artículo más en la gran revista de curiosidades pedagógicas.
Se trata de una voz única que, en un momento bisagra de la constitución de ideales, prácticas e instituciones que gobiernan nuestro presente, hizo escuchar una disonancia
inaudita, una de esas disonancias sobre las cuales ya no puede edificarse ninguna armonía de la institución pedagógica; una disonancia que, por lo tanto, es preciso
olvidar para seguir construyendo escuelas, programas y pedagogías, pero que tal vez también, en ciertos momentos,es necesario volver a oír para que el acto de enseñar no pierda nunca por completo la conciencia de las paradojas que le dan sentido.

Revolucionario de Francia de 1789, exiliado en los Países Bajos en tiempos de la restauración de la monarquía, Joseph Jacotot se encontró tomando la palabra en el momento mismo en que se ponía en funcionamiento toda una lógica de pensamiento que puede resumirse del siguiente modo: concluir la revolución, en el doble sentido de la palabra: poner un término a esos desórdenes llevando a cabo la necesaria transformación de las instituciones y las mentalidades, de los cuales la revolución había sido la realización anticipadora y fantasmática; pasar de la era de la fiebre igualitaria y los desórdenes revolucionarios a la constitución de un orden nuevo de sociedades y gobiernos que conciliara el progreso, sin el cual las sociedades se adormecían, con el orden, sin el cual van de crisis en crisis.

Descargar texto completo en:

http://www.intramed.net/UserFiles/archivos/RanciereFinal-2.pdf

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